Teníamos muchas ganas de volver a vivir el Musical La Pasión después de varios años de ausencia… Fuimos a Cartagena con la ilusión de ver a un viejo amigo al que echas de menos, pensando en cómo le irán las cosas y en qué aspecto tendrá. Y efectivamente la cosa tuvo mucho de feliz reencuentro, pero también nos resultó una experiencia enteramente nueva. Sí, había nuevas y hermosas canciones, y la obra había ganado en solidez narrativa con una introducción extraordinariamente sugestiva, pero quizá lo mejor de esta pequeña maravilla sea el haber construido un espacio propio de profundización en la fe utilizando unos recursos que actualizan el mensaje eterno de la Redención, consiguiendo que la Verdad venga siempre vestida de estreno.
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